jueves, 3 de septiembre de 2009

El rostro en la ventana 2


Si, era algo muy extraño, yo nunca pensé, nunca creí en cosas estrañas, no iva conmigo ese asunto, pero alli estaba y era real, mi conciencia me demandaba, me exigia responsabilidades por mis actos pasados...
! Y yo que siempre había pensado que mi conciencia estaba limpia y era hermosa!, ¿ como podía venir a mi con ese rostro tremendamente horripilante?.
Como en la más simple de las novelas de terror, quedé sumida en una incertidumbre y un miedo que no me dejaba reaccionar, rapidamente comencé a hacer suma de todo lo que yo podría haber hecho de malo, o incluso de bueno.
La verdad es que no sabía que pensar, comence una lista interminable y rápida de mis actos.
¿ mis noches de juerga?
¿ acaso algún pequeño engaño a mi pareja?
¿Quizás alguna pelea paterno_filial?
No sabía, sin ser del todo buena, no tenía conciencia de haber hecho nada tremendamente malo, fuí juerguista, nochera, en fín, incluso alguna vez un poco infiel, pero no, mi conciencia parecía demandarme algo más, algo que yo no veia.

4 comentarios:

aapayés dijo...

Interesante me gusto mucho..

Un abrazo

Saludos fraternos
Que tengas un buen fin de semana

Begoña S.R. dijo...

La voz de la conciencia
siempre parece estar insatisfecha

Besos

Blogs de Mayores dijo...

Hola, Nines.
Desde el blog en apoyo al “Premio Maria Amelia López Soliño” a la mejor bitácora escrita por una persona de la tercera edad, te agradecemos el cariñoso comentario de condolencia dejado en su blog y te animamos a estimular a los más mayores a seguir su ejemplo.

Un saludo afectuoso.

Lunska Nicori:BegoñaGTreviño dijo...

La conciencia es un océano que nunca nos lleva a tierra... ponle vela,y que se marche lejos. Mira ahora, vive ahora, sé ahora.
Entiendo el laberinto.
Besosss