sábado, 11 de julio de 2009

HUIDA

Cuando el corazón,
trastornado,
nos golpea furioso y asustado,
cuando los sueños,
como olas inmensas,
se estrellan contra las afiladas rocas
de la realidad,
dejandonos apenas,
una gota salada,
que no es más que una lagrima,
cansada y olvidada.
Cuando solos y asustados,
no hallamos otra mano ante la nuestra,
cuando nuestros pensamientos
se dispersan como arena entre los dedos
y apenas vislumbrados, escapan,
dejandonos en blanco,
vacios y cansados,
anhelando el más profundo y oscuro rincón
donde poder cobijarnos.
Cuando las palabras,
usando nuestra lengua,
desbaratan el sentido de la idea
y los recuerdos se transforman,
en confusos desacuerdos.
Cuando al fin,
en el espejo,
se refleja un rostro que tu no reconoces,
es tan intenso el pánico que te sobrecoje...
y saltas sin pensarlo,
porque el que piensa es el "otro".
Y tras el fuerte golpe,
ya en el suelo ensangrentado,
de tus ojos cerrados
escapan aliviadas
dos lagrimas saladas,
que retornan por fin
al primitivo mar de la inocencia
y tú, por fín, descansas
Que cualquier forma de escapar es buena

1 comentario:

Lunska Nicori:BegoñaGTreviño dijo...

Qué bien expresas la nada, la huida de la nada, el encuentro con la nada... y con uno mismo.
Retornos de nosotros mismos cuando sabemos que nos fuimos lejos.
Besos, amiga, ¡no te escapes!, de mis besos -digo!-.