domingo, 15 de enero de 2012

asi fue como...



Vino la piel a decirme, que aun estaba respirando, la hierba crecía apegada a la tierra y el sol, seguía por los siglos de los siglos, calentándonos el corazón.



El perro seguía teniendo sus limpios ojos sin rencores, los gatos sus juegos despreocupados, mis ojos seguían viendo la vida, pero no la podía sentir, entonces tu viniste, apenas un reflejo, apenas una palabra, todo se volvió distinto, ahora yo jugaba despreocupadamente, mientras mis ojos volvían a tener la inocencia y la bondad de los ojos del perro, ahora yo podía volar y recorrer las nubes y sentir que el sol me esperaba cada día, para abrazar mi cuerpo con su ternura.



Tu llegaste y te convertiste en la dueña de mi tiempo.



Eso es tan hermoso, como la pálida luna que en esta noche cálida, me da su brillo y su ternura.

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