
El viento, se enfurecía por momentos en el camino de tierra, levantando polvo y hojas secas, aun era de día, caía la noche lentamente, pero la luz era suficiente mente poderosa aún y se veía perfecta mente el árbol que cubría la entrada y que por ser aún invierno, estaba desnudo, con sus ramas como dedos clamando al cielo.
Su aullido era cada vez más poderoso y yo, corrí un momento afuera de la casa, para rescatar las dos sillas de plástico, que servían para sentarse en verano al fresco de la noche.
Las recojí y al volver a entrar a la casa, todo fue muy rápido, cerrando la puerta de un portazo, pude ver, no percivir, si no ver, ese rostro que flotaba, si, flotaba detrás de mi.
Asustada, acudí tras los vidrios de la ventana, esperando que no fuera cierto..., pero allí estaba, su boca abierta y negra como un agujero, sin expresión, sus ojos brillantes, sus pálidas mejillas.
Al instante oí una voz : ¿ estas preparada ?. ¿ Preparada para qué?, me pregunte. Para venir conmigo, contesto la misma voz, aturdida me dije que era un sueño, que el viento me engañaba, pero no, era ese infame rostro que venía a buscarme.
¿ Eres la muerte ?, le pregunte, no, me dijo, solo soy tu conciencia. has de venir conmigo a revisar los hechos.
¿ Los hechos?, si, los hechos de tú vida hasta ahora y según tu propio criterio, tendrás que actuar.
CONTINUARA.